LA AGRICULTURA INTELIGENTE
La agricultura inteligente es un enfoque que ayuda a guiar las acciones necesarias para transformar y reorientar los sistemas agrícolas para apoyar de manera efectiva el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria (FAO). Agricultura inteligente es pasar de una evaluación empírica a una evaluación cuantitativa respaldada por la toma de datos.
UN MUNDO DE SOLUCIONES A SU ALCANCE
La agricultura ha experimentado una serie de transformaciones en las últimas décadas, impulsadas principalmente por el desarrollo de nuevas tecnologías. Hoy, en un mundo cada vez más globalizado, el acceso y la adopción de estas soluciones tecnológicas es cada vez más común. En AGROINSTRUMENTS estaremos complacidos de asesorar su compra y facilitar su acceso a estas soluciones globales.
¿POR QUÉ INVERTIR EN TECNOLOGÍA?
La recopilación de datos permite un seguimiento más cercano de la salud de la planta, las variaciones del clima, de la condición de humedad y cantidad de nutrientes del suelo, etc., los datos obtenidos permiten adaptar las estrategias y lograr resultados más efectivos. Las decisiones tomadas técnicamente garantizan un ahorro ostensible de recursos como riego, fertilizantes, fitosanitarios, mano de obra, logrando un manejo más eficiente del cultivo y alcanzando una mayor productividad e ingresos para el agricultor.
DATOS
- De acuerdo a la ONU, se espera que la población mundial alcance los 9.7 mil millones de personas en 2050. En consecuencia, se necesitará producir un 70% más de alimentos de lo que producimos actualmente para satisfacer la demanda alimenticia de la población, quizás en un escenario menos favorable que el actual en cuanto a disponibilidad de recursos y condiciones de clima.
- Reducción de la productividad en la agricultura: un efecto secundario del cambio climático es el aumento en la variabilidad de las precipitaciones y un aumento en la frecuencia de sequías e inundaciones, que tienden a reducir los rendimientos de los cultivos.
- Estudios han encontrado que tras el uso de IoT (uso de sensores y conectividad remota para recolección de datos en tiempo real) en una finca promedio, el rendimiento aumentó un 1.75%, los costos de energía bajaron de $7 a $13 por acre y el uso de agua para riego disminuyó en un 8% (OnFarm, 2017).